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El centro no existe

Publicado: 2015-06-15

En estos días los politólogos debaten sobre los posibles escenarios electorales. A pesar de la diversidad de consideraciones, parece existir un acuerdo: el centro político no existe en el Perú pues se trata de un espacio neutro, sin contenido programático. Para que exista, la derecha y la izquierda deberían estar claramente presentes, pero la primera avergüenza a sus protagonistas (eso se dice del PPC) y la segunda es minoritaria, dispersa e irrelevante.

Los estudios de opinión pública apuntan al mismo sentido. Muestran que si bien la mayoría de ciudadanos se identifica con el centro, cuando se les pide que describan qué es el centro, lo hacen en oposición a los extremos. Por otro lado, cuando se les pide a quienes se perciben como izquierdistas y derechistas que definan su postura, paradójicamente coinciden en valores como “la justicia” y “el bienestar”. El centro aparece como un cajón de sastre y los extremos como posiciones ideológicas etéreas.

Los analistas insisten en que esto no debería llamar la atención. Ya tenemos más de dos décadas con partidos políticos de membrete y viviendo elecciones donde compiten personajes, nunca referentes doctrinarios. Entonces, si es cierto que el centro no existe, que se trata de un giro retórico que busca enganchar con un electorado impredecible y exigente, ¿por qué esos analistas lo siguen usando en sus artículos y entrevistas?, ¿por qué los candidatos entran al juego autodefiniéndose de centroizquierda o centroderecha?

Es necesario buscar otra forma de comprender las preferencias electorales, si no, seguiremos dando vueltas alrededor de palabras autosuficientes que no ayudan a construir ofertas políticas que empaten con las demandas ciudadanas y las orienten hacia horizontes estratégicos estimulantes y reformistas.

El país requiere que el fujimorismo se reconcilie con la democracia y reniegue de su pasado autocrático y corrupto, que el aprismo se transforme en una opción socialdemócrata y supere el pragmatismo de su caudillo, que la izquierda redefina su posición ante el capitalismo y asuma el liderazgo de las banderas redistributivas, que los socialcristianos compitan por la representación socialdemócrata lejos del conservadurismo que los arrastra fuera del escenario nacional. Deberíamos discutir desde otras coordenadas para presionar a los actores políticos y a los líderes de opinión hacia agendas nacionales más exigentes. Recuperar el debate programático y aprovechar las lecciones aprendidas en lo que va de este siglo. Salvar la política como espacio de deliberación y acción colectiva. ¿Se puede?


Escrito por

Sandro Venturo

sociólogo /comunicador


Publicado en

Perrhuno

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