Esta semana conocimos a uno de los candidatos a la presidencia de la República. A pesar de que no asesoramos políticos, siempre recibimos a diversos postulantes. Lo hacemos por deber ciudadano y, también, valgan verdades, por que nos interesa seguir de cerca el curso de nuestras inestables mareas políticas.

El postulante (o la postulante) nos alcanzó el discurso de su lanzamiento, previsto para fines de año, cuando solo queden retazos de la pareja presidencial. Lo hizo a modo de prueba: “quisiera saber si pueden mejorar esta alocución y según el nivel de satisfacción que eso produzca en mi persona, decidiremos”. A pesar de que insistimos en que nosotros no prestamos ese tipo de servicios, aceptamos la prueba. No queríamos perdernos la exclusividad de bucear en su visión programática.

He aquí una parte del mensaje, juzguen ustedes por vuestra propia cuenta. Lo hago, por si acaso, con la anuencia del candidato (o candidata) a quien le pareció buena idea que filtre su mensaje en mi columna de opinión. Vaya a saber qué busca con esto.

“Pueblo que me escucha, aquí me tienen delante de ustedes y ustedes delante de mí y es una verdad que nadie podrá desmentir. Y ahora me pregunto ¿y por qué estoy aquí? Estoy aquí porque no estoy en ninguna otra parte y porque ustedes me llamaron y si el pueblo me llama, el pueblo sabrá por qué. Yo, contrariamente a lo que dijo cierto sujeto, que no quiero pronunciar su nombre pero que lo estoy viendo, no represento a ningún partido y no represento a ningún partido porque me represento independiente, porque como dice el dicho ‘más vale solo que mal acompañado’. Y ustedes se preguntarán, este personaje de acento tan distinguido ¿será capaz de conducir la nave a buen puerto? Pues este personaje, que entre paréntesis es el que les habla, les contestará: A pesar de ser tan pollo, tengo más plumas que un gallo y sobre todo, tengo ganas de hacer justicia y darle al pueblo lo que el pueblo necesita”*.

La noción con la que cierra el discurso guarda la fuerza de su mensaje, es el mismo que se viene jugando hace muchas elecciones. El candidato (o candidata) tiene serias opciones, tan serias como cualquier político curtido o improvisado, en un país tan necesitado y sin visión de largo plazo como el nuestro.

* Cantinflas: "Si yo fuera diputado": http://www.youtube.com/watch?v=HydgmxyZQz8