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Estamos hartos buscando otra cosa

Publicado: 2016-02-14

Por fin se rompió la quietud electoral. La última encuesta de Datum muestra que hay un claro segundo lugar. Y no es poca cosa: si la segunda vuelta hubiera sido la semana pasada, Guzmán le empataba a Fujimori. Este es otro escenario; sin embargo, nada está dicho aún. En sesenta días cualquier cosa puede suceder en una sociedad harta de la política. El que tropieza, pierde; el que se confía, se queda.

Keiko podía estar tranquila mientras subsistía aquel estancamiento. Su sueño era que los segundos se anularan entre sí. Ahora, en cambio, va a tener que poner sus cartas sobre la mesa de forma más clara y agresiva. ¿Acelerará su “transformación democrática” considerando que ya no puede volver hacia la añoranza autocrática?Sobre Guzmán muchos nos equivocamos. Va segundo en todas las regiones (en el sur la rompe), ya dejó de ser el candidato de los sectores medios y juveniles de Lima. Pensábamos que reinar en las redes sociales era clave aunque insuficiente, que su simpatía y voluntarismo no salvaban su falta de perfil programático. Está claro que aprende rápido. ¿Sabrá administrar la novedad que representa y capitalizarla con eficacia?

PPK está sin iniciativa ni reflejos. Pensé que aprovecharía lo acumulado en las elecciones anteriores. Se distrajo en el partidor. Los cambios en su equipo de campaña vienen tarde y los jóvenes urbanos dejaron de verlo como una propuesta moderna. ¿Podrá revertir la caída? Acuña debe estar tan preocupado por su suerte electoral como por el devenir de sus negocios. La gente inicialmente le perdonó las primeras denuncias pero, al destaparse los plagios, él y sus voceros respondieron sin vergüenza. Los ciudadanos toleran muchas cosas de los políticos –gracias a ese implacable sentido pragmático–, pero castigan cuando se les miente. Estancarse cuando falta tan poco para la meta es grave. ¿Podrá superar el estigma del tramposo?

Alan y Lourdes pensaron que la experiencia sería un capital irresistible en tiempos de incertidumbre, especialmente después del desacreditado humalismo. Pero la gente está harta del abandono y los políticos profesionales representan cabalmente las deudas del exitoso crecimiento. Barnechea debe estar contando las horas para que Guzmán sea descalificado, sus principales activos son su solvencia y la tradición acciopopulista. Mendoza se mantiene firme en su discurso coherente aunque impopular. Todos estamos hartos del poder y sus podredumbres, buscando algo nuevo, pero lo nuevo –lo sabemos bien– es una caja de sorpresas. Es evidente que la promesa de continuidad está claramente agotada. Las mayorías del campo y la ciudad están reclamando a quien represente una inconfundible propuesta reformista. Comenzó, pues, la hora de las definiciones.


Escrito por

Sandro Venturo

sociólogo /comunicador


Publicado en

Perrhuno

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