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FOTO: NAPA.COM.PE

Votos de mantequilla

Publicado: 2016-03-28

Hay algo que apenas discutimos cuando pensamos en los problemas del país. Los peruanos hemos olvidado el sentido más primario de la acción política, esto es, servir a los demás.

Lo que observamos en estos días es que nuestros políticos son guiados principalmente por su narcisismo. Por eso algunos se lanzan a la presidencia sin estar realmente preparados para servir. Les basta su voluntarismo. Se sienten superhéroes, fantasean con arreglar el país gracias a unos superpoderes que brotarán una vez sentados en el sillón presidencial. Pero la realidad es que no tienen experiencia en la gestión pública o carecen de equipos de trabajo sólidos y de planes de gobierno consistentes. Lo estamos viendo ahora. La mayoría de candidatos no tiene credenciales para conducir el Estado. Y los demás apenas pueden ocultar sus credenciales chamuscadas por el desprestigio o el desgaste.

Escribo desde el desengaño, ciertamente. Fujimori, Barnechea y Mendoza no tienen experiencia de gestión pública. Fujimori tiene equipo político pero da miedo por la carga simbólica y política que representa (esto es, la reivindicación de la autocracia y la indulgencia con la corrupción). Mendoza tiene un equipo análogo al de Susana Villarán, que aún no ha hecho la autocrítica respectiva tanto en lo programático como en lo político. Barnechea no tiene equipo ni plan, la improvisación solvente es su bandera. Por otro lado, PPK no tiene experiencia en liderazgo político, es un "tecnócrata" sin muñeca ni cintura, lo estamos viendo, sus reflejos se concentran en lo publicitario. Los demás candidatos no pintan. 

El próximo gobierno volverá a enfrentar una polarización tanto en el escenario político como en el social. Y la agenda que tenemos por delante es exigente (reformas institucionales, deudas sociales acumuladas, promoción de la inversión, formalización e impulso de la microeconomía, etc.). No veo quien tenga capacidad para resolver esto con audacia y consistencia (o cualquiera de las dos). No veo eo. Claro, la limitación es mía, no de la realidad.

En el caos perdemos el sentido básico de las cosas. Y el caos político en el que vivimos es sostenido por nuestra constante displicencia. Nos gana el entusiasmo. Criticamos despiadadamente pero muy tarde. Quedan 15 días. Y nuestros votos serán, una vez más, de mantequilla.


Escrito por

Sandro Venturo

sociólogo /comunicador


Publicado en

Perrhuno

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